Cuando este coche llegó a la puerta de nuestro taller, sabiamos que estabamos a punto de acometer uno de los proyectos mas inciertos y con mas incognitas al que jamas nos hayan retado nuestros clientes.

En este caso, Gerardo, su propietario, venia de sufrir un accidente con su anterior KDJ 155, de la misma versión (60 aniversario) pero corto, y que ya habia sido preparado por nosotros en su totalidad. En el siniestro, el anterior coche resulto destruido, pero practicamente todo el material que montaba podia ser aprovechado para su siguiente vehiculo. Eso facilitó la decisión de repetir marca y modelo, del que, evidentemente, estaba mas que satisfecho.

Así las cosas, las dudas venian de las diferencias entre ambas versiones (que las hay, y muchas!) y de la adaptabilidad de algunas de las partes mecanicas. Como, por experiencia, sabemos que hay cosas que no se arreglan si no se estropean del todo, y tras decidir con Gerardo el uso que le queria dar a su nuevo Toyota, comenzamos a desmontar el coche.

Asi, lo primero que hicimos fue desmontar el grupo del coche accidentado y sustituir el del nuevo. Este cambio era practicamente obligado al carecer las versiones largas de KDJ de bloqueo de diferencial en origen, mientras que en la versión corta viene montado (segun versiones, claro) de fabrica. Esto nos obligaba a anular algún sistema electronico asociado al control de estabilidad original que venia incluido en el grupo, pero finalmente no planteo mayor problema. Tambien era de ley aprovechar las magnificas suspensiones, aunque aqui se cambiaron, directamente, muelles mucho mas reforzados que en la otra carroceria: mayor batalla, mayor peso, y una preparación del coche para un uso mas desertico, en el que contamos con mucho mas peso repartido por todo el coche, obligan a ello, y, afortunadamente, se cuenta con una gran variedad de especialistas que disponen del material adecuado a cada uso.

Nuestra experiencia con estos coches, y la del propietario, nos llevó a reforzar directamente, antes de ni siquiera matricularlo, toda la parte delantera, en previsión de las roturas habituales de estos modelos. El desmontaje total del morro fue aprovechado para reposicionar algunos elementos, preparar algunos soportes o hacerle hueco a todos los nuevos componentes que tendran que convivir en el chasis, pero, sobretodo, para montar y ajustar las pletinas y refuerzos que hacen las veces de blindaje contra las torsiones y fracturas que ocurren en el duro uso off-road. En este caso, tras haberlo hecho tantas veces, no deja de ser una parte practicamente rutinaria, aunque tambien sea cierto que cada coche es un mundo y que se rompen de maneras muy diferentes, y que en este caso, haciendolo sobre un coche con 0 kilometros, nos ha permitido afinar muy mucho nuestras piezas y asegurar nuestras cotas y tolerancias. Un buen trabajo.

Montar las suspensiones provenientes del "donante" fue sencillo, pero aprovechamos para repasar todos los componentes antes de montarlos, ante la duda que hubiera alguno afectado por el accidente, como así fue. Una vez mas, la previsión fue buena consejera y hubo que cambiar uno de los amortiguadores por estar doblado. Con elementos que deben sufrir la dura tarea de aguantar tantos kilos en un uso continuado fuera de las carreteras, y de los que dependen la estabilidad, la frenada o la dirección, no vale la pena jugarnos el físico.

En el interior, aparte de las habituales instalaciones de emisora y otros gadgets electronicos (tomas de corriente, desconectadores, etc...) y alguna modificación con respecto a la serie, y que siempre se hace en  función de las necesidades de cada uno, uno de los apartados que se ha revelado de importancia capital es preparar la parte trasera para acoger todos los elementos que forman parte de cualquier excursión de larga duración en la que queramos ser lo mas autosuficientes posible. Así, la fabricación de una cajonera, o mueble, que nos haga de soporte de mesa, nevera, cocina, compresor para el aire, deposito de agua, caja de herramientas, ropero, trastero... se convierte en un elemento imprescindible, a la par que de una practicidad asombrosa. En este caso, se ha hecho una de una capacidad impresionante, que permite, por ejemplo, alojar una mesa y sus correspondientes sillas en la parte superior, mientras todo lo demas que hemos comentado mas arriba, se reparte en la parte inferior y nos sobra sitio, todo ello sin perder, si nos fuera necesario, las plazas traseras del vehiculo.

Una de las principales diferencias de concepto respecto al anterior coche de Gerardo, la encontramos en la manera de plantear el uso de la parte trasera del Toyota. Mientras el otro, al ser un coche mas todoterreno puro y duro, sin planteamiento viajero, no necesitaba una previsión mas allá de la serie, en este, y dado que va a realizar muchos kilometros atravesando pistas y desiertos, decidimos montar un parachoques que estuviera previsto para ser el soporte de dos ruedas de repuesto, de la misma medida, diseño y monta de neumatico que las montadas en el propio vehiculo.

El suministrador del material se sorprendio en un principio, por ser el primer vehículo que monta este parachoques en nuestro país, pero tras ver el resultado final, estamos muy seguros que no va a ser el ultimo. Es, simplemente, espectacular.

El montaje de dicho parachoques obliga a recortar el elemento original, pero, al mismo tiempo, le brinda un perfecto acabado al que no llegan mucho otros diseños. Exactamente lo mismo nos vale para el parachoques delantero, que hace las veces de soporte del cabrestante y en el que nosotros hemos incluido unos practicos faros antiniebla que venian en el parachoques original pero que no venian previstos en el nuevo metálico. Junto a la estética, practicidad.

Para el parachoques delantero, una vez explicado que debido a la necesidad de aprovechar el original para completar el perfecto ajuste del nuevo elemento, este se ha de recortar, hemos de reconocer que esto dá no poca faena y es ciertamente complicado de conseguir. Eso si, una vez todo en su sitio, el resultado es precioso y francamente robusto. Un par de faros de largo alcance, junto a los nuevos antinieblas encastrados, y el montaje de un cabrestante, T-max 9000, capaz para mas de 4000kgs de arrastre directo completan el montaje delantero.

La ganancia en angulo de ataque, e incluso en protección a los elementos mecanicos, gracias a las piezas opcionales que complementan al citado parachoques, es realmente notable y muy de agradecer en un uso tan extremo como le dispensa su propietario.

Una vez acabada la instalación de la cajonera, y viendo el espacio disponible dentro del Toy, Gerardo sugirió que, como tenia intención de pisar mucho desierto y hacer excursiones muy largas sin pisar hoteles, se podria instalar un deposito de agua potable, para beber y no tener miedo a quedarse sin agua al pasar dos o tres dias en medio de la nada, como para poder pegarse una buena ducha despues de un dia de dunas.

Como no hay nada que nos motive mas que un buen reto, nos dispusimos a hacer, desde cero, un deposito de agua de unos 70 litros, realizado con una fibra apta para uso sanitario (recordamos que somos expertos en fibra de vidrio desde hace mas de veinte años) y una bomba para expulsarla con la presión suficiente como para no echar de menos la ducha de un hotel en el mas recóndito lugar. Ademas, la boca de llenado de dicho deposito esta situada en el interior de vehiculo, con lo que se mantiene siempre limpio y a salvo de todas las afectaciones que le afectarian de estar fuera de la carroceria.

Era imposible obviar la necesidad de aumentar la autonomia y el recurso habitual de montar un segundo deposito auxiliar de una capacidad similar al original siempre nos ha funcionado bien y vale mucho la pena en este tipo de coches pensados y construidos para largas distancias.

Un deposito construido a medida e instalado tan integrado y solidario al chasis como ha sido posible, y toda la instalación necesaria para hacer el trasvase de combustible desde el interior del vehiculo, controlar la cantidad de gasoil que nos queda, fiabilizar al maximo todo este montaje y, lo mas original, sin tener necesidad de agujerear la carroceria para integrar una nueva toma de combustible externa que, en muy pocas ocasiones, queda esteticamente bien... ¿quereis ver como lo hemos resuelto?¿si? mirad las fotos, y a ver que veis diferente.

Tras consultar catalogos de diversos fabricantes, y por una pura cuestión practica, decidimos partir de cero tambien a la hora de fabricar las necesarias estriberas laterales. Nuestra primera intención era hacerlas lo mas resistentes posible, y que aportasen un extra de rigidez a la carroceria del Toyota, así que no nos importó en absoluto anclarlas de forma muy solida a las vigas del chasis, pero, al mismo tiempo, tuvimos en cuenta el uso del material mas ligero posible para no lastrar innecesariamente el coche.

Meditar las cosas antes de hacerlas te permite mejorarlas, es un hecho.

Una vez realizadas, una pintura negra satinada sobre una base epoxy hace que pasen practicamente desapercibidas... pero están.

Y como todo en esta vida tiene un final, llegó el dia en el que el coche estuvo listo para que su afortunado propietario lo recogiese y lo comenzara a disfrutar.

Nosotros tambien lo hemos disfrutado muchisimo y, en algunos apartados, ha sido un reto que nos ha puesto a prueba, pero al final nos hemos salido con la nuestra en todos y cada uno de los contratiempos y de las modificaciones.

Esperamos que, a los que hayais seguido esta preparación, el resultado os parezca atractivo.

Creemos que Gerardo ya está pensando en hacerle todavia mas cosas...